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las consecuencias de las proteínas mal plegadas... En los
humanos, las consecuencias pueden ser mortales y pro-
vocar enfermedades tan devastadoras como la enferme-
dad de Alzheimer. En algún caso, la proteína mal plegada
no solo es mortal para el desafortunado individuo en el
que apareció, sino que aparentemente puede transmitirse
de un individuo a otro en circunstancias especiales, pro-
duciendo enfermedades neurodegenerativas infecciosas
como la enfermedad de las vacas locas en el ganado y la
de Creutzfeldt–Jacob en humanos… En la levadura se ha
demostrado que opera un proceso similar. Aquí, el mal
plegamiento no causa enfermedad, pero cambia el meta-
bolismo celular… A medida que hemos aprendido más
del proceso de plegamiento incorrecto en levaduras, nos
hemos dado cuenta de que proporciona un excelente mo-
delo para entender este proceso en humanos».
Cuando esta investigadora falleció en 2017, sus colaboradores pu-
blicaron in artículo in memoriam, titulado “De la levadura a los
pacientes: la audacia y visión de Susan Lindquist” que resume sus
relevantes aportaciones a la comprensión de la enfermedad de Par-
kinson y a la identificación de posibles agentes terapéuticos con
aplicación clínica (Khurana et al., 2017). En él destacan la tenaci-
dad y esfuerzo de Susan Lindquist en defensa de su trabajo con la
“humilde” levadura frente al escepticismo inicial hacia su estrate-
gia por parte de la comunidad científica. Tras sus primeros estudios
sobre las proteínas de estrés térmico y los priones de S. cerevisiae,
en 2003 publicó su primer artículo sobre la humanización de la le-
vadura con la alfa-sinucleína en la prestigiosa revista Science (Wi-
llingham et al., 2003). La sobreexpresión de esta proteína es tóxica
en este sistema, proporcionando una plataforma de interferencia
que le permitió realizar un screening sobre la colección genómica
de mutantes de levadura y encontrar una conexión con el metabo-
lismo de lípidos y el tráfico de proteínas. Sus trabajos posteriores
demostraron que los mecanismos de toxicidad descubiertos en la
levadura estaban conservados en neuronas de metazoos, desde el
gusano, mosca y ratón al ser humano. Además, los compuestos que
encontró que eran capaces de combatir los efectos tóxicos de la
acumulación de alfa-sinucleína en la levadura humanizada, tam-
bién revertían los signos patológicos en neuronas cultivadas proce-
dentes de pacientes.
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