Page 25 - discursoingresodramolina
P. 25
Obviamente, cuanto más próximas hayan caminado las especies
durante el proceso evolutivo, mayor será el grado de semejanza ge-
nética, siendo este grado menor cuanto más lejano sea el antepasa-
do común entre ellas. Sin embargo, a pesar de que las levaduras y
los humanos divergieran de su ancestro común aproximadamente
hace mil millones de años (Douzery et al., 2004), prácticamente un
tercio de los genes de la levadura S. cerevisiae y, por ende, de las
proteínas que codifican, tienen ortólogos en el ser humano (Bots-
tein et al., 1997). Por ello, aunque una levadura carezca de la com-
plejidad estructural de los organismos pluricelulares, organizados
en tejidos, órganos, sistemas y aparatos, la existencia de esta ho-
mología génica permite entender por qué un organismo unicelu-
lar, que no tiene ni corazón, ni vasos sanguíneos, ni cerebro, puede
servir de modelo para estudiar las bases moleculares y celulares de
la angiogénesis (McGary et al., 2010) o de las enfermedades neuro-
degenerativas (Khurana y Lindquist, 2010).
La utilización de los modelos biológicos viene dirigida por la idea
de que el conocimiento adquirido en el modelo será beneficioso
para el conocimiento de los demás sistemas. En función del fenó-
meno que se quiere investigar, se elige una especie de referencia que
se considere representativa y de la que se posean herramientas que
hacen que determinados aspectos sean más fáciles de analizar en
ese modelo que en otros. Evidentemente, los organismos modelo
no dejan de ser una muestra sesgada de los seres vivos, por lo que es
lógico que exista controversia en cuanto a su representatividad y
al grado de subjetividad o de idealización que aportan a la explica-
ción de un fenómeno. Por ello, conocer las limitaciones de cada mo-
delo y utilizar criterios objetivos para la interpretación de los datos
es clave para lograr una compresión genuina del hecho biológico.
El biólogo francés François Jacob planteaba el papel de la ciencia
como instrumento para explicar los fenómenos del mundo en el
que se encuentra el ser humano a través de un acercamiento a la
verdad, pero no a una verdad absoluta sino a una verdad relativa,
y siempre con una actitud abierta a la revisión de sus propios dog-
mas en virtud de un espíritu crítico inherente a la actividad cientí-
fica. Cito textualmente unos fragmentos de su libro “El juego de lo
posible” (Jacob, 1997) que ilustran esta idea:
«Al contrario de lo que suele creerse, en ciencia lo im-
portante es tanto el espíritu como el producto, tanto la
25